El nivel de Ruido en la Oficina no debe sobrepasar 65 decibelios
El nivel de Ruido en la Oficina no debe sobrepasar 65 decibelios
La Organización Mundial de la Salud establece que el nivel de ruido en la oficina no debe sobrepasar 65 decibelios el nivel máximo de ruido recomendado. Cualquier exposición prolongada del ser humano por encima de estos niveles puede provocar pérdidas auditivas. Por ello, en entornos laborales de tipo industrial donde la actividad diaria conlleva niveles de ruido considerados como no aptos, la propia normativa de prevención en riesgos laborales obliga a utilizar herramientas, como los paneles acústicos, y dispositivos que minimicen los efectos del ruido sobre el cuerpo humano.
Si se sobrepasa el nivel de ruido en oficinas debe actuar el servicio de prevención de riesgos laborales
El hecho de estar expuestos a un índice de ruido por encima de los 65 dB y de forma continua puede provocar estrés crónico, lo que deriva no solo en problemas cardiovasculares sino también en el debilitamiento del sistema inmunológico, la aparición de trastornos del sueño y la afectación de la memoria y del aprendizaje. El ruido excesivo tiene, además, un impacto negativo en el comportamiento social de las personas, lo que incrementa la irritabilidad y puede causar sensaciones de ansiedad y desamparo.
Pero ¿qué sucede en otros entornos laborales donde no se supera ese nivel de ruido?
Sin embargo, el problema no está en los entornos laborales con índice altos de ruido, que se controlan, analizan y se proponen soluciones. La dificultad estriba en lugares de trabajo donde el ruido no supera esos 65 decibelios y, pese a ellos, provocan grandes molestias entre sus trabajadores, cómo son las oficinas.
Es cierto que en estos ambientes rara vez se presenta el riesgo de pérdida de capacidad auditiva, pero también es verdad que el ruido, aun a niveles alejados de los que producen daños auditivos, puede dar lugar a otros efectos como alteraciones fisiológicas, distracciones y falta de concentración, interferencias en la comunicación o alteraciones psicológicas.
El ruido en las oficinas puede proceder de muchas fuentes, externas o internas. Externas como el tráfico rodado, obras en la vía pública o en los edificios, actividades comunitarias del tipo manifestaciones o espectáculos callejeros; o internas como las propias instalaciones del edificio u oficinas (ascensor, sistemas de climatización, conducciones de agua…), los equipos (impresoras), las personas (conversaciones, acciones como grapar, ordenar…)
Desde el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el trabajo se ha emitido la Nota Técnica de Prevención 503 sobre “El confort acústico: el ruido en las oficinas”, en la que se refleja la molestia derivada del ruido y la respuesta subjetiva.
El grado de molestia depende de la tarea, el ruido es más molesto cuanto más interfiera en la tarea y cuanto más compleja sea ésta.
En esta NTP 503 establecen una serie de valores que no se deben sobrepasar en los locales, bien sean de ámbito residencial, administrativo, sanitario o docente. Estos valores están siempre por debajo de 50 decibelios, no sobrepasando los 30 en las habitaciones de los hospitales. En concreto, en las oficinas se establece un límite máximo de 40 para los despachos profesionales.
Desde un punto de vista técnico, el ruido emitido por una fuente se propaga en todas las direcciones y, en su camino, puede llegar directamente al receptor, ser parcialmente absorbido, transmitido y/o reflejado por los obstáculos que se encuentra en su camino.
El nivel de presión sonora que existe en un recinto depende de las fuentes de ruido y de las características acústicas y geométricas del local.
El nivel global de ruido en un espacio es la resultante del ruido que llega al receptor directamente desde las fuentes y el que llega después de haberse reflejado una o varias veces. A esta fracción del ruido se le denomina “reverberación”. La reverberación es menor en los locales con coeficientes de absorción elevados.
Por todo ello, y con el objetivo de mejorar el confort acústico de una oficina que pueda tener problemas de ruido y, por tanto, provoque un alto índice de molestia entre los trabajadores, lo más adecuado es hacer un análisis profesional de las fuentes de ruido, tanto sean internas y externas, establecer un plan de actuación que implícitamente conlleven el acondicionamiento del local y de las instalaciones.
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Por un lado contamos con paneles acústicos específicos para oficinas que controlan el tiempo de reverberación en medias-altas frecuencias y reduce el ruido de fondo
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